domingo, 28 de junio de 2015

Mujeres: Administradoras de lo que Dios les da.

Recientemente fui invitado a un encuentro con Mujeres Emprendedoras, evento que se celebró aquí en Doral y en el cual pude una vez más confirmar la fuerza que ellas tienen cuando escuché de algunas de ellas sus ideales, sus objetivos y sus logros.

Tuve el privilegio en medio de tantas mujeres, dirigir unas palabras. Como hombre creyente que soy y, sintiendo que era la oportunidad, diserté sobre la importancia que juega la mujer en la administración de tres puntos fundamentales en su vida: La Administración Familiar, de su mundo Social y sobre los recursos que Dios le da para que sobre ellos ejerzan la Mayordomía.

Es que definitivamente las mujeres han recibido del Todopoderoso Favor y Gracia. Si hay algo que Dios demanda en ellas, es que sean buenas administradoras de lo que Él pone en sus manos. De allí, también se desprende un principio, y es lo que realmente quise dejarles a ellas. Dios ama al dador alegre. Hay un versículo bíblico en 2 Corintios 9:6 que reza “El que siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra abundantemente, abundantemente también segará”.

¿Por qué la importancia de estas palabras? Porque alrededor de nosotros hay mucha gente que nos necesita; a algunos como servidores públicos; a través de Fundaciones; a otros, con recursos. Miremos a nuestro alrededor y observemos en dónde podemos sembrar de lo que Dios nos da. En la medida que ustedes siembren el Todopoderoso les recompensará.

No se olviden, en medio de sus actividades profesionales, del compromiso que Dios les ha dado dentro de su  hogar. Yo me siento orgulloso de la mujer que me ha acompañado durante tantos años,  la mejor esposa y madre de mis dos maravillosos hijos. Hoy gracias a ella, a su lucha, a su energía estoy aquí después de una grave enfermedad, hace años atrás, de la cual Dios me sanó. El papel que ella jugó durante ese tiempo me ayudó a recuperarme y hoy estoy aquí cumpliendo mis funciones como Alcalde pero principalmente como esposo, padre y abuelo.

Ustedes las mujeres no deben descuidar el papel que juegan dentro de su hogar por muy profesionales que sean. Tienen un compromiso con sus hijos, con su esposo o solas;  pero el hogar nunca debe pasar a segunda instancia por más empresarias que sean. Pidan sabiduría, sé que no es fácil, pero Dios sabrá ayudarles a administrar su tiempo.


Finalmente, recuerden  que en la vida social en la que ustedes se desenvuelven pueden jugar un papel muy importante. No se imaginan el aporte que ustedes como líderes pueden dar a esos grupos donde ustedes tienen compromisos sociales. Actúen con sabiduría. No olviden, que por encima de todo “buen momento” deben reinar los principios que Dios nos ha dejado.