Recientemente fui invitado a un encuentro con
Mujeres Emprendedoras, evento que se celebró aquí en Doral y en el cual pude
una vez más confirmar la fuerza que ellas tienen cuando escuché de algunas de
ellas sus ideales, sus objetivos y sus logros.
Tuve el privilegio en medio de tantas mujeres,
dirigir unas palabras. Como hombre creyente que soy y, sintiendo que era la
oportunidad, diserté sobre la importancia que juega la mujer en la
administración de tres puntos fundamentales en su vida: La Administración
Familiar, de su mundo Social y sobre los recursos que Dios le da para que sobre
ellos ejerzan la Mayordomía.
Es que definitivamente las mujeres han recibido
del Todopoderoso Favor y Gracia. Si hay algo que Dios demanda en ellas, es que
sean buenas administradoras de lo que Él pone en sus manos. De allí, también se
desprende un principio, y es lo que realmente quise dejarles a ellas. Dios ama
al dador alegre. Hay un versículo bíblico en 2 Corintios 9:6 que reza “El que
siembra escasamente, escasamente también segará; y el que siembra
abundantemente, abundantemente también segará”.
¿Por qué la importancia de estas palabras?
Porque alrededor de nosotros hay mucha gente que nos necesita; a algunos como
servidores públicos; a través de Fundaciones; a otros, con recursos. Miremos
a nuestro alrededor y observemos en dónde podemos sembrar de lo que Dios nos da.
En la medida que ustedes siembren el Todopoderoso les recompensará.
No se olviden, en medio de sus actividades
profesionales, del compromiso que Dios les ha dado dentro de su hogar. Yo me siento orgulloso de la mujer que
me ha acompañado durante tantos años, la
mejor esposa y madre de mis dos maravillosos hijos. Hoy gracias a ella, a su lucha,
a su energía estoy aquí después de una grave enfermedad, hace años atrás, de la
cual Dios me sanó. El papel que ella jugó durante ese tiempo me ayudó a
recuperarme y hoy estoy aquí cumpliendo mis funciones como Alcalde pero principalmente
como esposo, padre y abuelo.
Ustedes las mujeres no deben descuidar el papel
que juegan dentro de su hogar por muy profesionales que sean. Tienen un
compromiso con sus hijos, con su esposo o solas; pero el hogar nunca debe pasar a segunda
instancia por más empresarias que sean. Pidan sabiduría, sé que no es fácil,
pero Dios sabrá ayudarles a administrar su tiempo.
Finalmente, recuerden que en la vida social en la que ustedes se
desenvuelven pueden jugar un papel muy importante. No se imaginan el aporte que
ustedes como líderes pueden dar a esos grupos donde ustedes tienen compromisos
sociales. Actúen con sabiduría. No olviden, que por encima de todo “buen
momento” deben reinar los principios que Dios nos ha dejado.